Aunque el día amenazaba espeso y una niebla pegajosa nos envolvía mientras cargábamos a duras penas las bicis en la furgoneta alquilada para la ocasión, ya llegando a Leciñena (400 mts de altura aprox.) vimos como la niebla disipaba, y como todos deseábamos, surgió ante nosotros un grandioso y soleado día de invierno que nos hizo amena la suave subida del principio, y nos permitió llegar a ver desde lo más alto del recorrido, las cimas nevadas del Pirineo. Por el camino no faltaron algunas duras rampas, una esperadas y otras no tanto, una corta pero arriesgada trialera, y alguna bajada rápida y divertida por pista. El barro en algunos momentos complicaba la rodada, nada que no se pudiera superar con el gratificante esfuerzo que todos y todas aplicamos en la jornada.
En fin, un día maravilloso en el que 8 compañer@s han practicado deporte con unas pinceladas culturales.
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